En esta ocasión, queremos hablar del Parkour. Esta disciplina no es solo “saltar muros”, sino que se trata de una actividad física completa, segura y muy educativa, adaptada a la edad y al nivel de nuestros estudiantes.
El Parkour fomenta habilidades fundamentales como la coordinación, el equilibrio, la agilidad y la fuerza. Además, ayuda a desarrollar la conciencia corporal y el control del movimiento en diferentes espacios y planos fuera de los habituales, lo que resulta clave en el crecimiento motor de los niños y niñas. Desde un punto de vista emocional, esta actividad también promueve la autoconfianza, la superación personal y la toma de decisiones rápidas, siempre dentro de un entorno controlado y acompañado por el docente.
Otro de los aspectos más enriquecedores del Parkour en el ámbito escolar es el trabajo en equipo y el respeto hacia los demás. Aunque es una práctica individual, en el aula se convierte en una actividad colaborativa donde se anima a los compañeros y se celebran los logros del grupo. Cabe añadir que también tienen un rol de «seguridad»: cada una de las habilidades que realicen debe ser «protegida» por su compañero o compañera de seguridad, para así minimizar riesgos. Esto refuerza valores como la empatía, la solidaridad y el compañerismo, tan importantes en la formación integral de nuestro alumnado.
En resumen, el Parkour no sólo mejora las capacidades físicas, sino que también fortalece aspectos emocionales y sociales que son clave en el desarrollo de nuestros hijos e hijas. Con actividades seguras, creativas y adaptadas a su nivel, logramos que se diviertan, se expresen con libertad a través del movimiento y descubran nuevas formas de superar retos. ¡Gracias por acompañarnos en este camino hacia una educación física más dinámica, inclusiva y motivadora!
Fernando Ayuga, profesor Educación Física en Primaria