El dibujo tiene algo mágico. Es el primer paso para transformar una idea en algo tangible, un lenguaje que no necesita palabras y que conecta directamente con las emociones, la imaginación y la realidad. Más que una técnica, el dibujo es una forma de observar el mundo, de detenerse en los detalles y ver lo que muchas veces pasa desapercibido. En el Bachillerato de Artes, se convierte en un espacio para descubrir, crear y, sobre todo, aprender a mirar con otros ojos.
Dibujar no es sólo reproducir lo que se ve, es reinterpretarlo. Con cada línea, cada sombra y cada gesto, se cuenta una historia única. Es un acto íntimo que revela tanto del mundo exterior como del interior de quien dibuja. En este proceso, el dibujo no solo enseña a manejar materiales o dominar perspectivas, sino que invita a reflexionar, a entender cómo interactúan la luz y el color, y a experimentar con formas y texturas. Cada obra, sea un boceto sencillo o una pieza más elaborada, es un testimonio de crecimiento personal y artístico.
Pero el dibujo también mira hacia el futuro. En un mundo cada vez más tecnológico, aprende a adaptarse. Las herramientas digitales no solo amplían las posibilidades creativas, sino que abren puertas a nuevas formas de expresión y conexión. Sin dejar de lado los materiales tradicionales, el dibujo integra lo mejor de ambos mundos, explorando técnicas sostenibles y reflexionando sobre el impacto medioambiental del arte.
A lo largo de la historia, el dibujo ha sido esencial para todas las disciplinas artísticas. Ha acompañado al ser humano desde las primeras marcas en las cuevas hasta los trazos más sofisticados en tabletas gráficas. En el aula, además, se convierte en una ventana al pasado. Analizar obras de diferentes épocas y estilos no sólo inspira, sino que también permite entender el camino recorrido y utilizarlo como base para innovar.
El dibujo tiene una capacidad única de unir la intuición y el conocimiento. Es un ejercicio de observación activa que conecta la mente con la mano y la mirada. Más que una herramienta, es un medio de comunicación que transmite ideas, emociones y visiones del mundo. En el Bachillerato de Artes, dibujar no es sólo una asignatura; es una experiencia que transforma la forma de pensar, de sentir y de crear. Cada trazo cuenta una historia, y en ese proceso, se descubre no sólo el arte, sino también a uno mismo.
Francisco Casquero, profesor de Secundaria y Bachillerato