Asistí al taller de Consuelo Allué «Escribir microtextos para pensar: la producción continuada de microtextos para mejorar el pensamiento analítico, crítico y creativo» en el ICOT (International Conference On Thinking) del 2015 celebrado en Bilbao, al que acudimos un destacado número de profesionales de Escuela Ideo.

Al comenzar nuestro segundo curso, mis clases de Lengua se concentraron en los dos primeros cursos de Secundaria. De las cinco horas lectivas, dos estaban destinadas al trabajo por proyectos y en las otras tres adapté la propuesta de la profesora Allué en lo que en Escuela Ideo llamamos tuiteratura: «A partir de lo que nos vaya pasando a lo largo del curso o de lo que veamos en clase o teniendo en cuenta otros temas y propuestas, al final de cada sesión os propondré un tema. Con ese enunciado tendréis que llevar a cabo una tarea de expresión escrita de no más de cinco líneas», les dije. Tenían preparado su cuaderno A5, por lo añadí: «al final de curso habréis escrito vuestro propio libro».

Al comienzo de la siguiente clase, fueron leyendo su texto, en voz alta, de pie, al lado de su asiento, mientras los demás escuchaban con atención. La brevedad de los textos permitía la intervención personalizada y el tiempo suficiente para el desarrollo de los contenidos propios de la materia. Desde entonces, tuiteratura se convirtió en una práctica real de comunicación oral y de atenta escucha, con presencia, hoy en día, en las clases de Lengua Castellana y Literatura de los cursos de Secundaria y Bachillerato.

Algunos temas están pensados previamente y otros surgen en el transcurso de la clase. Los primeros días les suelo proponer «Comienzo de curso», «Fin de semana» o «Tema libre». Cuando el grupo se va animando es importante definir «Qué es para ti el respeto» y apuntar «Qué me propongo yo para que en mi clase haya buen ambiente»,  «Soy la tutora de 1ºA y…», «Tres propósitos personales para el primer trimestre»; más adelante «Respondo a la pregunta: ¿cómo me siento en clase de lengua? con cuatro palabras con tilde diacrítica».

Hay momentos en los que deben fortalecer su creatividad como cuando tratan de continuar el enunciado; es el caso de «“¡Nunca más!” le dijo galleta a su hijo…», «Agradezco este premio…», «“Día de …” (argumenta tu respuesta)», «Me pongo triste si pienso…». En ocasiones hemos aprovechado tuiteratura para otorgar protagonismo a alguien de la clase sobre el que el resto escribe en positivo: «María en positivo», por ejemplo; ella también tiene que escribir sobre sí misma. Resulta interesantísimo escuchar las distintas posturas y los matices que aportan a la descripción subjetiva.

Al terminar el trimestre, recopilan sus microtextos en un documento digital; con ello consiguen corregir la ortografía ya que, entonces, ven subrayada en rojo la palabra errónea y se fijan en ella para escribirla bien la próxima vez.

Con tuiteratura se escuchan todas las voces, porque todas tienen algo que decir; el resto escucha. Cada una, cada uno, debe decidir con madurez qué decir y cómo. Es por ello que la evaluación de los textos es «emocional», es decir, evaluación a partir de las emociones que experimentamos los demás al escuchar. En concreto, después de cada intervención trato de hacer un comentario breve sobre algún aspecto de su contenido y forma, indicando, si fuera necesario, alguna corrección posterior para cuando tengan que mandar los textos al final del trimestre. Es frecuente que falten sinónimos y se repitan palabras, por lo que es una buena oportunidad para ampliar el vocabulario de forma contextualizada, dejando que el resto de la clase participe si se cree oportuno. También suelen darse, en el campo de los errores, los de sintaxis o los de concordancias verbales, por lo que es la mejor ocasión para explicar por qué las cosas se dicen de una determinada manera.

Desde mi propia experiencia, la propuesta de tuiteratura en el aula, es una práctica estimulante pues, además de fijar los parámetros pragmáticos y enunciativos necesarios para la enseñanza de la escritura, fortalece la expresión oral, el aprendizaje de la lengua, la práctica de la escucha y la socialización del alumnado.

En definitiva, tuiteratura es una una actividad de Lengua Castellana y Literatura, integral, inclusiva y significativa, que permite un aprendizaje experiencial y reflexivo y que, alejada de la tensión de los exámenes, propicia una evaluación personalizada y progresiva.

César Rollán Sánchez
(profesor de Lengua y Filosofía de Escuela Ideo)