Este fin de semana fue el último del curso Incorpora de Escuela IDEO; esta vez facilitaba el taller Antonio del Olmo.

El viernes en el colegio y el sábado y domingo en Navacerrada, tuvimos la oportunidad de poder tener un espacio para nosotras/os, reflexionar sobre nuestra labor como docentes.

Este fin de semana, el trabajo estaba centrado en «reconocer nuestro patrón emocional» habitual, para tomar conciencia y desde ahí seguir creciendo como personas con una gestión emocional adecuada y por supuesto como docentes.

Para este trabajo fue fundamental las diferentes experiencias con el cuerpo, con música, sin ella, con masajes, paseo sensorial…

Conocer nuestro modelo emocional (que tenemos aprendido desde hace años) nos ayuda a estar en el aula de otra manera, a estar menos reactivos, darnos el tiempo de «darnos cuenta» de lo que ha pasado. No se pretende con esto que seamos perfectos, sino que seamos conscientes y desde ahí poder estar mejor y acompañar mejor al alumnado. Cabe destacar algo importante que aprendimos, la importancia del «post» frente a una situación de una gestión no adecuada de las emociones, es importante darte cuenta para luego poder reparar, hacer el «post», pedir perdón, reconocer lo ocurrido. Mostrar esa cara al alumnado, no nos muestra débiles, nos muestra como figuras de referencia coherentes y equilibradas.

Para reconocer nuestro modelo emocional, ahondamos en nuestra vocación como maestras/os y recordando el «momento semilla», ese momento en que nació esa vocación, esa pasión por educar, para poder retomarla en momentos de crisis (inevitables y necesarios en cualquier proceso, ya sea educar, en una relación, en un proyecto…).

Y por si esto no fuera poco, hicimos un trabajo profundo en nuestras raíces, en nuestras familias materna y paterna, pues de ahí nos vienen nuestros patrones emocionales, no era un trabajo de juzgar el pasado, sino todo lo contrario, reconocerlo y honrarlo, entender que tenemos un sostén.

En resumidas cuentas,  lo que nos pasa en el aula, somos nosotros mismos todo el rato. Tenemos la posibilidad  de reaccionar automáticamente o tomar conciencia de nuestros patrones y desde ahí actuar.

El fin de semana terminó con un profundo agradecimiento de todas las personas que estaban, agradeciendo la oportunidad de tener un espacio como Incorpora para seguir creciendo como personas y docentes.

Como el trabajo de Incorpora incluye prácticas de observación en diferentes aulas de Escuela IDEO, fue maravilloso escuchar el «feedback» de quién observó, con un gran respeto, admiración  y agradecimiento profundo al trabajo desarrollado del profesorado de Escuela IDEO.

Y así ha sido y así fue como se cerró la segunda edición del programa Incorpora, bueno a decir verdad la última frase que se escuchó en el círculo de cierre fue un : ¿Seguimos no?

¡GRACIAS! a todas y todos los participantes, a las formadoras/es y a Escuela IDEO por fomentar y apoyar formaciones como esta tan necesarias e imprescindibles hoy en día.

Y sí….SEGUIMOS.

Equipo Programa Incorpora