Personas. Cada uno de nosotros somos tan diferentes al resto… Debe ser porque provenimos de historias diferentes, somos cuerpos distintos, de familias y entornos de lo más diverso. Quizás por la dificultad de manejar la diversidad, la incertidumbre, tendemos a creer que las personas (y el mundo) son como nosotros las vemos. De ahí surgen las etiquetas, esa gran tentación que todos tenemos y que hace que califiquemos a los demás en función de nuestra visión de cómo son.
En este sentido, recuerdo un taller de Inteligencia Emocional con profesorado en el que uno de ellos compartió que había un grupo (pongamos 3ºA) que “le hacía la vida imposible”. Una de sus compañeras se mostró asombrada, ya que a ella no le ocurría. Eso sí, 4ºB le ponía contra las cuerdas. Cosa que no le ocurría a nadie más en todo el grupo. Vaya… resultaba que la relación con el grupo tenía que ver con el docente en cuestión. El grupo era diferente en función de quién se colocaba frente a él.
Lo que nos muestran los demás tiene que ver con nosotros, como nos muestra este caso. Es cierto que nos resulta más fácil colocar al otro nuestras dificultades que reconocerlas como propias. En este sentido, la relación con el alumnado nos ofrece un espejo incomparable en el que mirarnos. Una oportunidad maravillosa de descubrir cuáles son nuestras dificultades y nuestras fortalezas emocionales. Y es a partir de ese descubrimiento cuando podremos comenzar el camino del aprendizaje de la gestión de nuestras emociones, enriqueciéndonos nosotros y acompañando a los alumnos a gestionar mejor las suyas.
Para comenzar ese camino Escuela In Corpore y Escuela Ideo, en colaboración con el Observatorio de la Educación de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, hemos puesto en marcha la 2ª Edición del curso “El desarrollo de la inteligencia emocional en la relación profesorado-alumnado. Programa Incorpora”.
Cada día de clase podrá ser para todos un espacio único para respetarnos y aprender juntos.
¿Te apuntas a recorrer el camino?
María Hidalgo
Formadora y Coach
Qué ganas de mirar y de sentir… GRACIAS!
Muy bien Mary. Excelente aportación la tuya ya que apunta, creo, en la buena dirección. Quizá por aquello del DAFO a lo mejor en la frase «nuestras dificultades y nuestras fortalezas emocionales». en lugar de dificultades debería aparecer «debilidades», pero no deja de ser una opinión sin mayor transcendencia. Insisto, buen trabajo.
Me parece apasionante y necesaria este tipo de formación.
¿El profesorado de Ideo la recibe como parte de su programa de formación interna?