Casi sin darnos cuenta ha finalizado este año escolar marcado por la pandemia, las mascarillas, la distancia social, que no obstante no nos ha impedido disfrutar de los niños y niñas de la escuela y del colegio en este nuestro primer año en Escuela Ideo. Finalmente los niños y los no tan niños, nos han dado una lección de responsabilidad y de cómo ha sido posible, con el esfuerzo de todos, combinar educación y cercanía, actividades y pandemia, e incluso disfrutar de los abrazos de los más pequeños que creímos perdidos este curso escolar por culpa de un virus.
La primera vez que llegamos a Ideo lo primero que nos llamó la atención es ver el patio lleno de niños y niñas siguiendo las consignas de sus profesores de educación física que tan pronto les convertían en extraterrestres como les hacían seguir movimientos al ritmo de palmadas, canciones… y el ambiente de alegría, de interés, de emoción que se respiraba en todos y cada uno de sus espacios. Y estos pequeños detalles son imprescindibles para lograr objetivos educativos, porque, como bien dice Francisco Mora “sin emoción no hay aprendizaje”. Y este centro está impregnado de emoción.
Escuela Ideo nos abrió la puerta con afecto, con ese mismo afecto con el que recibimos a nuestras familias y a sus hijos e hijas por primera vez. Y pasados esos primeros días de adaptación descubrimos que, con precaución, la pandemia no nos impedía realizar nuestras actividades y disfrutar del entorno que nos ofrece el colegio, con sus enormes espacios abiertos, sus aulas de infantil con salida directa al jardín que nos ha permitido buscar las frutas que perdimos en el parque, hacer un picnic con caperucita o pisar los charcos los días de lluvia entre otras muchas “locuras”.
Ahora que finaliza el curso podemos decir que hemos cumplido con todos los objetivos que nos propusimos al comenzar: favorecer las capacidades de nuestros pequeñ@s respetando su desarrollo y su personalidad, sorprenderles, divertirles, potenciar su deseo de conocer el entorno que les rodea, contarles cuentos, cantarles canciones, apoyar su desarrollo motor para que se sientan seguros con su cuerpo y con sus posibilidades, proponerles experiencias sensoriales que les ayudarán a desarrollar filtros sensoriales que favorezcan en el futuro su capacidad de atención e inhibir reflejos que pudieran estar activos y perjudicar su desarrollo… pero, sobre todo, hemos logrado hacerles felices y serlo con ellos y ellas a lo largo de estos meses.
No hay objetivo más importante que ese en nuestra etapa, porque cuando uno se siente seguro y se siente querido, todo lo demás va fluyendo.
Este primer año también despedimos a nuestros primeros alumn@s, que el curso que viene pasarán a otra etapa, pero lo hacemos con la alegría y la tranquilidad de saber que les tendremos muy cerca, y sobre todo, que siguen en un colegio que seguirá haciéndoles felices aprendiendo.
Y es que, la magia de esta etapa es que cada día, cada momento, es una oportunidad para aprender algo nuevo, para acompañarles en el descubrimiento de sus capacidades, para potenciar su desarrollo positivo, y también para lanzarse a lograr los siguientes retos y aprendizajes que vendrán.
Queremos aprovechar este espacio para dar las GRACIAS. A nuestras familias por su confianza, por prestarse a todas nuestras actividades con ilusión, participación y compromiso. Y también a tod@s nuestros compañer@s de Escuela Ideo, que haciendo realidad lo que son, una comunidad educativa abierta, nos ha ayudado en todo aquello que hemos necesitado para empezar esta nueva aventura. Una aventura que continuará el curso siguiente con la misma ilusión y el mismo deseo de hacer felices a nuestros niños y niñas mientras aprenden.
Hasta entonces, recordar a nuestras familias, y como no, a nuestros niñ@s, que siempre serán bien recibidos en la que ha sido su primera escuela. ¡Gracias a todos!. Nos vemos pronto.
Feliz verano
Susana Martín, Mónica Espinosa y Maria Victoria Alvarez
Equipo Educativo Escuela Ideo &El viaje de Neu