Aprovechando que el tercer tema del segundo trimestre de Lengua Castellana y Literatura de 1º de la ESO trataba sobre el “género narrativo”, estamos desarrollando el proyecto de aprendizaje «De cuento» con el que hemos experimentado de qué va esta forma de escribir, escribiendo un cuento, breve y de temática libre, para empezar.

Las tres narraciones que han conseguido las mejores críticas por parte del jurado, compuesto por el profesorado de Escuela Ideo implicado en el proyecto, verán plasmada su historia en tres expresiones artísticas:

  • Un álbum ilustrado en clase de Plástica con la intervención de todo primero de la ESO.
  • Una grabación con fondo musical y efectos sonoros en clase de Música.
  • Una representación de guiñol en clase de Teatro con marionetas realizadas en Tecnología.

Cinco áreas de aprendizaje implicadas en un proyecto experiencial con resultados como el cuento «La niña del cántaro«, de Ane, uno de los más valorados:

«Había una vez, hace mucho tiempo y en un lugar muy, muy lejano, una niña de nombre Rebecca.

Rebecca era de una familia muy pobre, sin apenas recursos para llevar a su hija a un colegio.

La madre de Rebecca era el ama de llaves del alcalde, y el padre era carpintero y leñador.

En aquellos tiempos había mucha sequía y la madre de Rebecca enfermó por falta de liquido en su cuerpo. Estaba muy débil, así que llamaron a un médico y este dijo que la madre debía beber agua lo antes posible o si no su vida corría peligro.

Rebecca decidió que ella iría a por agua para su madre. Su familia al principio no le permitió ir, pero cuando vieron que la situación de la madre empeoraba, decidieron dejarle ir, pero con la condición de no acercarse a nadie desconocido.

La fuente de agua más cercana estaba muy lejos de la casa de Rebecca.

Salió de su casa con un cántaro de barro en la mano.

Cuando llegó a la fuente, llenó el cántaro hasta los topes y emprendió el camino de vuelta a su casa.

Cuando solo llevaba media hora caminando, encontró a una anciana pidiendo agua.

La niña le invitó a beber de su cántaro. Cuando la anciana terminó de beber, el cántaro no solo seguía con la cantidad de agua que tenía antes, sino que había pasado de ser un cántaro de barro a ser un cántaro de madera. La anciana le dio a la Rebecca dos barras de pan y la niña muy agradecida siguió caminando.

Un poco más adelante encontró a una mujer con cinco hijos. Los cinco estaba muy delgados y con sed. Rebecca les dejó beber de su cántaro y les dio las dos barras de pan que le había dado la anciana. Cuando los niños terminaron de beber, el cántaro no solo tenia la misma cantidad de agua que cuando Rebecca lo había llenado antes en la fuente, sino que había pasado de ser un cántaro de madera a ser un cántaro de cristal. La mujer, muy agradecida, le dio una manta que ella misma había tejido.

Rebecca siguió caminando. Cuando ya casi había llegado a su casa, se encontró con un niño que tenia su edad. El niño tenia sed, frío y una herida en la pierna. Rebecca se paró, sacó una venda que llevaba en su bolsillo y le vendó la herida al niño. Le dio la manta que le había dado a ella la mujer y le dejó beber de su cántaro. Una vez más, el cántaro seguía con la misma cantidad de agua y una vez más, cambió el material del que estaba hecho el cántaro. Esta vez se convirtió en una cántaro de oro puro.

Cuando Rebecca llegó a su casa, la recibieron como a una reina. Su madre tomó el agua y sanó, y la familia vendió el cántaro y vivió sin problemas hasta el fin de sus tiempos».