IDEO, 18/06/14.- Muchas son las definiciones que encontramos sobre la Expresión Corporal; encontramos tantas definiciones como autores/as que intentan definirla.

Mª Teresa Farreny (2001) nos dice que “La Expresión Corporal es fundamental; merece la primacía de ser favorecida, cultivada y desarrollada. Sin ella, el hombre será siempre un prisionero. El hombre recurre al cuerpo cuando le falta la palabra. Hace gestos; gestos que a menudo son torpes y muy imprecisos, muy poco significativos porque proceden de un organismo a quien le falta el hábito y la cultura regular de la Expresión. El niño se sirve en primer lugar del cuerpo para expresarse y hacerse entender. La Expresión Corporal no está reducida a lo que generalmente llamamos el gesto. Todo el cuerpo puede y debe expresarse. Cada parte del cuerpo tiene un lenguaje propio; todas tienen algo que decir a condición de que sean fieles a la unidad. Pensemos en la actitud del ser Humano. No está constituida solamente por la mímica del rostro o del gesto. Todo entra en su composición, en la variedad y el dinamismo del conjunto. De aquí la importancia de la manera de andar, presentarse, ir hacia el otro o, al contrario huir ante el mundo o el prójimo”. (Farreny, 2001: 125-126).

Siguiendo en la misma línea, André Bara (1975: 18) define la expresión corporal como “el conjunto de técnicas, que utilizan el cuerpo humano como elemento – lenguaje y permiten, así, al margen de toda preocupación estética o utilitaria voluntaria, la revelación de un contenido interno. Nos encontramos con un rechazo de un modelo preestablecido (no habrá, por tanto, una expresión “correcta” o “incorrecta”, “bonita” o “fea”), ya que el “único modelo posible es el que el sujeto lleva dentro de sí”.

La Expresión Corporal tiene una larga historia en la que no nos vamos a detener, pero si es preciso aclarar que surge como disciplina “rompedora” (yo la denomino “la Punki” de la época), intentando hacerse un hueco dentro de las encorsetadas actividades físicas llevadas a cabo a finales del siglo XIX y principios del XX. A partir de ese momento se empezarán a plantear actividades propias del campo expresivo en contra de las prácticas físicas realizadas en el deporte y en la preparación física.

A principios del siglo XX, aparecen las corrientes que inspiran a la Educación Física, alcanzando por tanto la Expresión Corporal su hueco definitivo en lo que posteriormente se convertirá la Educación Física.

La disciplina de la Expresión Corporal a lo largo del tiempo, se nutrirá de múltiples ámbitos, destacando la Psicología, la metafísica, Las Artes Escénicas y la Pedagogía; por lo tanto adquirirá importancia su finalidad en cada una de esas corrientes.

Nosotros fijaremos nuestra atención en el ámbito educativo y para darle sentido a la utilidad de la disciplina será necesario recurrir de nuevo a la historia. A lo largo del tiempo que se ha sucedido configurando nuestro sistema educativo y teniendo en cuenta las numerosas veces que han cambiado nuestras leyes educativas, es vital constatar que la Expresión Corporal – aún no denominada de esta manera – ha estado siempre presente. En un principio se incluirá dentro de las áreas musicales, denominándola Expresión Dinámica y posteriormente (LOGSE, 1992) considerándose de forma definitiva, un bloque de contenidos propio del ámbito de la Educación Física. Es a partir de este momento cuando los y las estudiosas del tema empiezan a diseñar y a definir los contenidos propios de la disciplina, descubriendo los beneficios (conocimientos, procedimientos y actitudes) que aporta a los niños y niñas que la practican, estableciendo de forma consensuada cuáles deben ser las fases adecuadas para realizar un planteamiento acorde a las necesidades de los y las escolares, respetando la evolución y madurez en cada una de las edades escolares que configuran las etapas educativas obligatorias en nuestro país.

En el taller que realizamos en Escuela Ideo el pasado sábado 14 de junio, se planteó una sesión en la que se vieran reflejados todos los bloques de contenidos, pero hay que tener en cuenta que para poder aprender utilizando la expresión corporal como medio educativo es necesario tiempo. Tiempo imprescindible para que se produzca de forma natural el proceso de aprendizaje continuo necesario para que las personas desarrollen las capacidades necesarias dentro de este ámbito y por lo tanto respetando el ciclo y ritmo necesario de cada uno/a de forma individual.

El taller quiso ser una metáfora de la utilización de las metodologías activas, planteando actividades en las que las familias participasen de forma colaborativa, a través de estrategias pedagógicas basadas en el descubrimiento guiado llevado a cabo por la profesora.

  • Utilizamos las danzas del mundo para crear ambiente y cohesionar al grupo.
  • Aprendimos a bailar el merengue sin necesidad de un espejo y sin tener que fijarnos en la instrucción directa de un modelo que sepa hacerlo de forma correcta.
  • Fuimos capaces de aprender a bailar pasodoble, utilizando para ello una actividad sistemática guiada por los pulsos que marcaba un tambor y sin recurrir a copiar el movimiento que realiza el o la profesora.
  • Nuestros niños y niñas pudieron articular el cuerpo de sus padres utilizando para ello la comunicación táctil, sin necesidad de tener que decirle cómo tenían que colocarse, creando así un museo con esculturas a las que hemos ido poniendo nombre.
  • Y por último los niños y niñas, fueron capaces de escribir con sus cuerpos, las letras que configuraban palabras.

No podemos olvidar que para asentar todos los conocimientos adquiridos en una sesión tan activa, fue necesario recurrir a un momento final de reflexión en la que los padres y madres pudimos ver cuál es la conexión existente entre la expresión corporal y todas las áreas de conocimiento, asignaturas (Esquema E.C. areas curricularesE.C. e interdisciplinariedad), que configuran el curriculo oficial, observando que esta disciplina es uno de los posibles medios que permite al individuo adquirir conocimientos, procedimientos y actitudes vitales para poder conseguir las capacidades especificas de cada etapa educativa.

Mª José Álvarez Barrio (Escuela IDEO)