En el mundo educativo, hay una premisa que resuena constantemente: «La mejor forma de aprender es enseñar». Este principio se convierte en una realidad palpable cuando observamos el proceso de aprendizaje entre pares, donde los estudiantes se convierten en maestros y viceversa. Esta dinámica adquiere un brillo especial cuando se materializa en eventos como las Jornadas STEM, donde el entusiasmo por la ciencia se contagia de forma asombrosa.

Recientemente, tuvimos el placer de presenciar este fenómeno en Escuela IDEO durante las Jornadas STEM celebradas a finales de abril. El evento fue un testimonio viviente de cómo el aprendizaje colaborativo y el intercambio de conocimientos entre diferentes niveles educativos pueden enriquecer la experiencia de todos los involucrados. El alumnado de bachillerato y de primaria se unieron en un ambiente de descubrimiento y exploración, compartiendo su fascinación por la ciencia.

Fue inspirador ver cómo el alumnado de primaria observaba con atención a sus compañeros y compañeras mayores mientras trabajaban juntos en experimentos de química y observaban muestras de agua bajo el microscopio óptico. La interacción entre el alumnado de diferentes edades no solo fomentó un ambiente de colaboración, sino que también generó un sentido de solidaridad y confianza mutua. Este intercambio de roles, donde los estudiantes se convierten tanto en mentores como en aprendices, es una manifestación poderosa del aprendizaje entre pares.

Para el cuerpo docente que acompañaba el evento, fue un momento de orgullo ver cómo el alumnado se sumergía en el proceso de enseñanza y aprendizaje de manera activa y entusiasta. La pasión por la ciencia se reflejaba en los rostros iluminados del alumnado mientras compartían sus conocimientos y descubrimientos con sus compañeros y compañeras más jóvenes. Estos momentos de conexión y empatía entre los alumnos demuestran que el aprendizaje no solo se produce en el aula, sino también en espacios donde la curiosidad y el asombro son los protagonistas.

En última instancia, lo que quedó grabado en la memoria de todos los presentes fueron esos ojitos entusiasmados que brillaban con la emoción de descubrir algo nuevo. El valor de estas experiencias va más allá de la adquisición de conocimientos académicos; se trata de cultivar una pasión por el aprendizaje que perdure a lo largo de la vida. En Escuela Ideo, estas Jornadas STEM no solo fueron un evento educativo, sino una celebración del poder transformador de la enseñanza y el aprendizaje entre pares.

Marta Balbás. Departamento Ciencias ESO/Bachillerato