Cuando en abril nos embarcamos en el proyecto “Arte a lo grande” sabíamos que iba a ser un camino bonito, pero no podíamos imaginar que tanto. Cada proyecto y cada actividad es especial, pero es el alumnado el que realmente le da vida y lo hace único.
Una vez más los “ya no tan peques del cole”, las niñas y niños de 5 años de Escuela Ideo, han puesto todo su esfuerzo e ilusión en dar vida, nada más y nada menos que a la gran “Exposición Universal de Arte”. Un título pretencioso, sí, pero que quería destacar la importancia de todo aquello que pueden hacer. El planteamiento del proyecto era sencillo: nuestro particular Ministro del Arte nos encomendaba una gran responsabilidad: crear esta Exposición de Arte Universal, atendiendo a diferentes disciplinas artísticas y mostrando todo nuestro potencial. El alumnado de 5 años no lo dudó ni un momento, ellos/as eran los/as artistas indicados para semejante encargo.
A partir de esta motivación inicial se abre un camino largo, difícil, y sobre todo apasionante. Un trimestre entero para experimentar con diferentes disciplinas artísticas, para disfrutar y aprender, pero también para afianzar ese concepto de uno/a mismo desde la confianza en que somos capaces de hacer muchas cosas y muy bien, potenciando la autoestima y construyendo un autoconcepto positivo.
Son muchos los talleres y actividades realizadas con motivo de la exposición. Unos más orientados a la experimentación con distintas técnicas, al disfrute y a la creatividad rompiendo algunos estereotipos sobre el arte, y otros más centrados en el resultado, en el esfuerzo y el objetivo. De este modo se ha ido tejiendo la gran exposición final.
Pero más allá de la exposición, que en sí misma no es nada original (¿cuántas veces se habrán realizado exposiciones del trabajo del alumnado en un colegio?), queríamos poner el acento en esa responsabilidad de algo que se construye conjuntamente y a lo largo de tres meses, disfrutando de este proceso, y llegando a un resultado que, al margen de las valoraciones de otros, uno/a mismo/a se siente orgulloso/a. Y eso es precisamente todo lo que quisimos compartir con las familias en la inauguración de la exposición y que ellos/as supieron leer en las caras de sus hijos/as, nietos/as, o hermanos/as, que detrás de cada dibujo, de cada vídeo, de cada foto hay un camino, un aprendizaje del que nos sentimos orgullosos/as. Además, no se trataba de demostrar nada a nadie, si no a uno/a mismo/a, pues durante la exposición el único cometido de los niños/as era disfrutar y compartir su trabajo. Ya estaba todo hecho, no había presión ni tensión, solo el placer de compartir y mostrar lo que uno/a ha hecho en un entorno de confianza.
En definitiva, detrás de esa exposición, y en general detrás de cada actividad hay un trasfondo lleno de ilusión, de confianza, y en definitiva de aprendizajes. Es difícil poner palabras a esas “cosquillas” que sentían pulpos y pandas el día de la exposición. En primer lugar porque para cada uno/a serán diferentes: habrá quien lo llame felicidad, quien lo llame satisfacción, quien lo llame emoción o incluso nervios. Pero en esta ocasión no queríamos palabras sino emociones, pues dicen que necesitamos emociones para aprender, y estamos seguros/as de que cada niño y niña guardarán la suya propia que le permitirá seguir aprendiendo y creciendo.
Helena Ezquerra
Profesora de 5 años (Infantil) en Escuela Ideo
Fantástico. Hay estimular la creatividad en los niños, no acabar con ella como ha hecho el sistema tradicional. Bravo por estas iniciativas.