Hemos terminado nuestro proyecto “Para ayudar… hay que inventar” y hemos aprendido mucho estos meses. Uno de los objetivos principales era fomentar la creatividad y queríamos que los/as niños/as fueran conscientes del potencial que tienen en este aspecto.
Consideramos muy importante que, al generar las primeras ideas ante un problema, no hubiera ninguna clase de filtro: todo se podía decir aunque no tuviera sentido para nosotras. No había que guiar, sino explorar qué se nos ocurría. Ya vendría después la clasificación y la selección. Esto aportaba gran cantidad y variedad de conceptos y reflexiones, que posteriormente, se podían elaborar de forma más consciente y en equipo para llegar a soluciones más prácticas y reales.
De esta manera, aprovechábamos la infinita imaginación y el pensamiento divergente (espontáneo e ilógico, por asociaciones libres) que tienen en estas edades y que hay que alimentar, ya que, poco a poco, se suele ir debilitando si no somos cuidadosos/as.
Os invitamos a que, desde la familia, sigáis fomentando este tipo de reflexiones con las que, además, podéis sorprenderos, disfrutar y pasar un buen rato. ¡A seguir inventando!
Etapa Educación Infantil