El Día Mundial de la Filosofía de este año se celebra hoy, 21 de noviembre. Se trata de una jornada que viene conmemorándose todos los años, desde 2002, cada tercer jueves de noviembre.
La UNESCO lo instituyó en 2005 con el objetivo de promover una cultura internacional de debate filosófico que respete la dignidad humana y la diversidad.
“En el mundo inteligible lo último que se percibe, y con trabajo, es la idea del bien, pero, una vez percibida, hay que deducir que ella es la causa de todo lo justo y lo bello que hay en todas las cosas” (República, libro VII), se afirma, citando a Platón, en las primeras líneas de nuestro Proyecto Educativo de Centro.
La Filosofía en nuestro centro educativo
Escuela Ideo tiene Filosofía entre sus asignaturas y en Bachillerato podemos ver hasta qué punto puede estar ayudando a entender la realidad que nos rodea.
Os proponemos leer una de las disertaciones filosóficas que presentaron como producto final del proyecto “Ciencia Conciencia” desarrollado en el primer curso de esta etapa.
«El término método, procede del griego méthodos y significa “el camino hacia”. La cuestión que nos plantemos podría formularse con la siguiente pregunta: ¿Tiene límites la aplicación del método científico? Es algo que también está muy relacionado con el concepto del crecimiento y el desarrollo de la persona y de la sociedad en cuanto al despliegue de sus capacidades y potencialidades.
Francis Bacon diría que el cometido de la ciencia es tratar de dominar la naturaleza, de conocer las leyes que rigen los fenómenos para utilizarlos en beneficio de la humanidad. El Renacimiento supone una nueva concepción de ciencia. Esta pregunta tiene actualidad porque la ciencia sigue evolucionando. Incluso algunos la usan para intereses particulares.
En definitiva, trataré de clarificar si la ciencia es omnipotente e ilimitada en su saber o tiene límites. Plantearé, en primer lugar, las capacidades de la ciencia y me detendré después en sus límites, para llegar, finalmente, a una conclusión.
En nuestra cultura se tiende a creer que los saberes científicos y técnicos resuelven todos los problemas de la humanidad. La ciencia es un saber lógico y empírico que permite llegar a enunciar leyes verificadas. Es un saber riguroso. Igualmente la actividad tecnológica es un saber sistemático que permite transformar y controlar algún aspecto de la realidad dando respuesta a necesidades o deseos humanos.
La ciencia y la técnica han posibilitado un gran progreso de conocimiento y una gran mejora de la calidad de vida de las personas, pero, claramente, la ciencia tiene límites. Podríamos aprobar con Karl Popper que las afirmaciones científicas son probables pero no necesariamente verdaderas.
Además, no pocas veces, detrás de las investigaciones científicas hay intereses financieros (que van a favor o en contra de la sociedad).
Por otra parte, sería absurdo aplicar sólo el método científico y entender los saberes por separado, ya que todos están conectados y ninguno es autosuficiente, o como diría Paul Feyerabend “el saber científico no pasa de ser una forma más de explicación de una parcela de la realidad, en nada superior a otras”.
En conclusión, aunque el método científico, la ciencia, haya suministrado muchos progresos sí que tiene límites. Por una lado es absurdo indicar que es único modo de conocer, porque hay otros modos de saber que van del saber común a la filosofía, que aportan unas respuestas y perspectivas a las que la ciencia no puede dar respuesta.
Por otro lado, la ciencia no es un absoluto, ni un fín en sí misma, sino una herramienta al servicio de la sociedad. Por lo tanto, parece necesario que a la ciencia le acompañe la ética y, por lo tanto, la filosofía».
Asier M.A.
Alumno de 1º de Bachillerato